sábado, enero 29, 2005

Cantando bajo la lluvia (Singin´ in the rain)


Eramos tan inocentes...


Allá por los cincuenta las cosas eran diferentes. El american way of life convivía pacíficamente con el american dream, los hombres eran honestos trabajadores cuyo sueldo les permitía comprarse la casita en las afueras para su mujer, que siempre lo esperaba con la cena hecha y los niños que consumian sanamente programas de tv inocuos.
Fruto de ese momento idealizado es el cine igualmente idealista, y qué género no representa mejor ésto que aquel en el que es coherente comenzar a cantar y bailar, en vez de hablar.
Cuando el sonido revolucionó el cine fueron muy pocas las estrellas que sobrevivieron el cambio. Muchos actores, expresivos en su maquillaje recargado, descubrieron que sus voces no se llevaban con sus caras.
Un clásico de los clásicos se apoyó en esta premisa para contar la historia de una par de actores famosos del cine en los años '20 que se integra, como mejor puede, a la nueva ola del sonido.
Don Lockwood, encarnado por el legendario Gene Kelly, es un actor de cine mudo que ha llegado a la cima con mucho trabajo, y algún que otro golpe de por medio. Junto con su compañero Cosmo Brown (el hiperexpresivo Donald O´Connor) se iniciaron en bares de mala fama bailando, hasta que Don encuentra una salida a su capacidad en el trabajo de las películas empezando desde abajo: doble de riesgo. Finalmente es "descubierto" y comienza a trabajar como pareja de la famosa e interesada Lina Lamont (Jean Hagen). Juntos filman muchas películas hasta la llegada del cine sonoro, donde la chillona voz de Lina se vuelve un problema mayúsculo. Tras conocer a una corista llamada Kathy Selden (Debbie Reynolds), deciden que la mejor solución es doblar con su voz la de Lina. El problema es hacerlo sin que Lina se entere.
Es notable la capacidad de los grandes musicales, y mucho más de sus aun más grandes protagonistas, de lograr una naturalidad ejemplar en sus complicadas coreografías. Dan vueltas en el aires y se caminan cualquier objeto de la escenografía (desde sillones hasta las paredes), sin perder la sonrisa colgate y mucho menos el peinado.
La simplicidad de las tramas no escatimaban humor, y en el caso de ésta, una interesante ironía hacia el cine como era en los años ´20, y por qué no, una sutil reflexión acerca de los egos de los artistas.
Qué más se puede agregar acerca de la archiconocida, y no por ello menor agradable de ver, escena de Gene Kelly bailando y cantando bajo la lluvia. Esta resume la alegría de cualquier enamorado quien se encuantra lo suficientement feliz como para que no le importe empaparse (y por supuesto cantar su alegria a los cuatro vientos). Sin embargo, en un acto de rebeldia adolescente, no es mi escena favorita, sino la que ocurre poco despues, donde Don comenta al productor una idea para la nueva película sonora (que además va a ser un musical). La escena cuenta la historia de un campesino que llega a Broadway para convertirse en un famoso artista. Así, seguimos a Kelly haciendo de Don, haciendo a su vez de éste personaje, mientras busca agente y comienza a trabajar en diversos bares. En uno de ellos se enamora inutilmente de la mujer de un gangster que, tiempo después incluso cuando él se vuelve famoso, lo sigue ignorando. La pequeña historia termina con el hombre ahogando sus penas en la alegria del baile.
Es más que notable las coreografias que cruzan ésta escena y el uso del color, tanto en la ropa de la gente como en la escenografía. Son colores vibrantes que se adelantan a los chillones '60s, que se vuelven pasteles en la ensoñación que el personaje de Kelly tiene al volver a ver a la mujer serpiente. Hay una curiosa relación entre la historia del personaje y la historia personal de Kelly, con ciertos puntos de contacto que llevan a una intertextualidad más entre las que se encuentran en la película. En mi opinión es la mejor escena y tiene bastante que enseñar al pequeño revival hollywoodense por los musicales que se está dando estos últimos años.


En conclusión: Para nostálgicos reflexivos.

jueves, enero 27, 2005

La ventana de enfrente (La finestra di fronte)


Crisis de los treinta voyeurista

Fuí a ver esta película simplemente porque está filmada en Roma, afición mía que calculo me expondrá a cualquier aberración filmica que la ciudad llegue a albergar. La cosa no fue tan grave y llegupe a disfrutar de la película mientras transcurría.
Todo comienza en 1943 cuando un panadero asesina a otro y huye. Un fundido nos trae al presente donde la historia presenta a Giovanna de 29 años, casada hace nueve y con tres hijos (contando al marido que no es lo que se diga muy serio). El entorno familiar es de clase media ajustada, viven en un depto gracias a la madre de Fillipo (el marido) quien vive haciendose despedir y en el momento de la historia trabaja de noche, sin animarse a pedir el cambio de turno. Giovanna trabaja de contadora en una pollería industrial (lindo!) y suma a su vida familiar un anciano perdido al que Fillipo ofrece ayuda. Como está planteado como un personaje inmaduro, es Giovanna la que tiene que empezar de encargarse del viejo cuando Fillipo se queda mirando un partido de futbol en vez de llevarlo a la comisaría para hacer la denuncia. Ojo, él no es el tipico "marido horrible que habre la puerta a los cuernos" de este tipo de películas, Fillipo es uno de los personajes más armados y creíble, es simplemente inmaduro.
Asfixiada por su vida (más el anciano varado en su casa), Govanna escapa a la realidad espiando por la ventana al vecino de enfrente.
La historia a partir de ahí va a ir saltando del presente al pasado del anciano misterioso de una forma bastante fluída, intercalando en el presente imágenes de sus recuerdos lo que resulta en una puesta más fluída que el clásico flashback por corte o fundido.
Si hay algo que rescatar es que la protagonista de esta moderno "affaire" tiene una característica muy especial y sutil, (por lo que lo catalogo de moderno): es histérica. Se entretiene mirando al tipo de enfrente pero no intenta nada con él, incluso cuando ya más avanzada la trama lo conoce. Ella parece gradualmente ir despreciando su vida familiar hasta que finalmente se da la oportunidad de concretar algo con el muchacho de enfrente. Pero ella funciona por la mirada. (SPOILER): Cuando se encuentra finalmente con Lorenzo en su departamento, tirada en el suelo, mira hacia la ventana que da a su depto y ahí decide volver con su familia, solo cuando mira desde la ventana aprende a valorar lo que tiene.
Se dan en paralelo dos historias de amor trágico, la primera la de Simone es mucho más rica, creible, incluso interesante que la de Giovanna, que es en el mejor de los casos, forzada.

En general la película es agradable y se deja ver bien, a los amantes del género romantico los dejarán satisfechos, y hay que reconcer un interesante juego que propone la trama con las miradas, entre los personajes, entre las ventanas, entre el presente y el pasado y finalmente entre el espectador y la pantalla.

En conclusión: para voyeuristas romanticos

lunes, enero 24, 2005

El juego del miedo (Saw)


Quería ser Pecados Capitales..

Dos tipos se despiertan para descubrir que están encerrados en un baño en estado deplorable. Encadenados en opuestas esquinas, tienen entre ellos un cadaver que parece haberse volado la cabeza de un tiro hace poco.
No recuerdan cómo llegaron allí y no tienen idea de cómo escapar. Sin saberlo se encuentran en manos de un asesino serial que en vez de matar, pone a sus víctimas en la obligación de: o decir pasar por una situación traumática cuando no horrorosamente dolorosa, o morir.
En una esquina: el Doctor Gordon Lawrence, oncólogo soberbio y con cierta obsesión por el orden jugado por Cary Elwes (alguien se acuerda del tipo de "Robin Hood: Men in thights", la joda de Mel Brooks?: "because, in difference with other Robin Hoods, I speak with an english accent").
En la otra: un típico pendejo yanquee con tendencia a la histeria y con todas esas salidas que dan ganas de patearlo honestamente, en la piel de un tal Leigh Whannell, el que debo decir es tan convincente en su papel que me cuesta creer no sea un pelotudo de verdad.
La voz misteriosa (bah, el asesino?): les indica que tiene a la mujer e hijas del doctor, quien tiene hasta las seis de la tarde para matar a su compañero de baño o ellas van a pagar el pato. Que empieze el juego (wahahahaha)

La historia está relatada entremezclada con la situación del baño y pequeños flashbacks que revelan las identidades tanto de los habitantes del baño, como la historia del asesino y sus víctimas.
Las actuaciones en general estan buenas, salvo la de Cary Elwes, que por alguna razón no me convenció del todo. No creo que ese fuera el papel para él, sobreactúa un poco y casi parece por momentos no creerse su propio personaje.
El director maneja una cámara un poco nerviosa, teniendo unos arranques pseudo videoclip que no ayudan al clima de la pelicula, resultando en cierta desprolijidad.
El aire en general emula mucho al de "Pecados Capitales", con el asesino hiper retorcido y las vueltas (buenas y forzadas) de la trama; junto además con la paleta de color reinante y cierta morbosidad (excesiva a mi gusto) al mostrar los juegos del asesino. En mi opinión un poco más de fuera de campo podría haber ayudado.
La película queda a medio camino entre el thriller psicológico y la archi conocida película de terror. Del primero le falta sutileza, y del segundo, sustos, no es realmente una pelicula para saltar de la butaca.
A favor debo decir que los juegos del asesino son todo lo retorcido que se puede esperar y creo que la gente que escribió el guión tiene algo por el sadismo. Si sos de los que disfruta ver sufrir a la gente, adelante.
También, hay que decirlo, logra buenos momentos de tensión.

En conclusión: para sádicos

La Caja se abre..

Bienvenido extraño, amigo, pariente; usted sabrá quién es. Acá en mi caja voy a escribir sobre las peliculas que vea. En este lugarcillo pequeño y perdido en la web mi palabra es ABSOLUTA (jejejeje). Bueno, admito que me discutan un poquito así, pero en general cuando recomiendo una película, casi siempre no le erro (casi, miren que avisé)
Así que pasen, recorran la Caja, y si encuentran algo se su gusto, vean en el cine.