martes, febrero 21, 2006

Orgullo y prejuicio (Pride and prejudice)


Película de nenas

En la Inglaterra de finales del siglo 18 el casamiento era el eje en la vida de cualquier jovencita con un poco de aspiraciones, así lo demuestra la Señora Bennet, madre de cinco revoltosas hijas, quien es capaz de perderse en la falta de tacto con tal de posicionar a las señoritas. En una casa con tanta hormona femenina descontrolada, el impasible Señor Bennet (Donald Sutherland) trata de sacar adelante su situación de género desbordado por el opuesto. Entre las cinco hermanas se destaca Elizabeth (Keira Knightley) por ser la única quien no pierde el sueño por situaciones románticas y lo acompaña con una lengua mordaz lista para demostrar su habilidad. La vida de la familia se ve convulsionada por la aparición del acomodado Señor Bingley acompañado de su fría hermana y del perturbado Señor Darcy. La posibilidad de un matrimonio acomodado mueve a la Señora Bennet quien hará todo lo posible para que su hija mayor se case.. o bien cualquiera de las cinco. Las chispas corren entre Elizabeth y el señor Darcy inmediatamente quienes se declaran odio mutuo casi al instante.. o no.
La película corre así entre las idas y venidas de las chicas, con el eje puesto en Elizabeth y Darcy (Mathew Macfadyen) quien parece no poder aportar al rol más que ojos de cachorro mojado. La adaptación parece un poco desprolija pero se deja ver, entretiene más por su pequeña cuota de humor ácido que por lo previsible de la historia. En general el elenco se maneja cómodo y la dirección no molesta, si bien pretende momentos reflexivos con exceso de primer plano de la bonita Keira que no aportan nada al ritmo. Ideal para ver en con un grupo de amigas.

Conclusión: Histeria con corte princesa

lunes, febrero 13, 2006

El increíble castillo vagabundo (Hauru no ugoku shiro)


Señores, de pie...

Hace ya unos años que vengo vislumbrando lo que he denominado "efecto Miyazaki", esto es en variadas ocasiones poder comprobar como públicos de la más variada edad se encuentran enganchados a más no poder viendo una película del señor en cuestión. Hace ya un par de años en el MALBA una nena de cuatro años decía a su mamá "se murió?" en relación al sacrificio de Nausicäa. Un tiempo después y gracias al tardío reconocimiento, ya en una sala comercial, un adolescente de trece miraba agarrado a la butaca de adelante el mundo que se desplegaba a partír de "El viaje de Chihiro". La última prueba de que una película de Miyazaki puede llegar a cualquier público lo tuve la noche en que fui a ver "El increíble castillo vagabundo". Función transnoche. Unos adolescentes de alrededor dieciocho llegaron a la sala en su modalidad más pava dado que no habían conseguido entradas para la película que querían ver originalmente. Eran de esos que molestan con los celulares, patean butacas y no tenían la menor idea de lo que se trataba y en cuanto aparecieron los caracteres japoneses, se rieron con un "uuuh, dibujos chinos". Pero a partír de la primera escena enmudecieron. Y no salieron de su mutismo hasta los títulos del final.
Basada en el libro inglés "Howl´s moving castle" la película toma lugar en algún país de tintes europeos, con aires a la primera y segunda guerra mundial a la vez, donde nos encontrarmos con Sophie Hatter, una jovencita muy seria que carga con el serio destino de llevar adelante la seria sombrerería de su padre. Sophie se sabe sobria, responsable y sobre todo fea, particularmente en comparación a una hermana despampante que llena la panadería donde trabaja de señores que vienen a cortejarla. En este mundo la magia es moneda común, las brujas abundan, los magos son reclutados para el ejercito del Rey y se rumorea la existencia de un tal mago Howl que se dedica a robar los corazones de las jovencitas, no en un sentido figurado. Claro que sólo se acerca a las lindas, así que Sophie se encuentra tranquila. Sin embargo ella es abordada por el mago en cuestión y se gana la represalía de la Bruja Calamidad quien la maldice convirtiendola en una anciana. Sin saber qué hacer o cómo manejarse con su cuerpo y sus achaques, Sophie huye al descampado donde se encuentra con un castillo móvil, un eufemismo ya que se trata de una serie de techos y ventanas con patas que parecen mantenerse juntas de milagro. El castillo es la casa de Howl y Sophie se las ingenia para convertirse en una especie de ama de llaves del lugar, conviviendo a su vez con una serie de compañeros del mago: un simpático aprendiz, un espantapájaros encantado y un demonio llamado Calcifer que, en palabras propias, es el único que trabaja en ese lugar. Ella llega a un acuerdo con el demonio por el cual, si ella logra romper el hechizo que lo ata a Howl, él romperá el de ella. Desde adentro Sophie comienza a ver que, por supuesto, no todo es lo que parece y que el atractivo y mujeriego Howl es simplemente un cobarde. Lo que no impide que se enamore de él.
Bien entrado en años ya, Miyazaki logra componer una fantasía cuyos personajes y situaciones asombrosas logran sorprender y entretener a público de cualquier edad, a la vez que relfexiona sobre la edad, la vejez de cuerpo diferenciada de la de mente, las responsabilidades y el crecimiento. Como siempre maravilla con los paisajes, nos regala de yapa un sentimiento antibélico y más que nunca demuestra que se puede hacer cine para todo público inteligente, en oposición en particular a Disney que sigue haciendo desastres con sus clásicos pero por suerte se avivó (mejor tarde que nunca) de la existencia de la obra de este excelente director que hay que disfrutar mientras siga filmando.
Para quien no esté al tanto Hayao Miyazaki es un director de animación con una muy larga trayectoria no tan ajena a Occidente. Para aquellos memoriosos, él estaba detras de la versión nipona de Heidi que se vio en la televisión local allá por los ochenta. Y más alla de eso es un gran conocedor del universo infantil, responsable de una serie de películas que pasan de lo entretenido a lo maravilloso sin escalas. Entre sus películas más conocidas se encuentran "Nausicäa del valle del viento", "Mi vecino totoro", "La princesa Mononoke", que fue la primera en ser distribuida por Disney si bien no llegó a verse en los cines locales, y la galardonada "El viaje de Chihiro".

Conclusión: La experiencia de ver un film de Miyazaki en el cine es imperdible. No se lo pierdan.

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(a mí me gusta más Howl morocho)

lunes, febrero 06, 2006

Los Productores (The Producers)


En el negocio del espectáculo...

Allá por 1968 el guionista/director Mel Brooks concibió una comedia acerca de un productor fracasado de Broadway, quien junto a un tímido contador intenta llevar adelante una estafa millonaria produciendo la peor obra musical a fin de que cierre el mismo día del estreno y ellos se queden con el dinero de la "perdida". La película fue un éxito, ganando varios premios entre ellos "mejor guión" para Brooks. Eventualmente la película sobre una mala obra de teatro fue convertida en una exitosa obra musical. Y ahora en una de esas cintas de moebius hollywoodenses se nos presenta la película-basada-en-la-obra-basada-en-la-película-sobre-una-obra.
¿Mareados?
Max Bialystock (Nathan Lane) es el mayor productor de fracasos en Broadway. Tanto es así que le han diseñado un cartel que rota de noche de estreno a noche de cierre. Es un tipo sin escrupulos, tanto así que no duda de jugar al peón bien dotado y la campesina virgen con viejitas adineradas para conseguír los fondos para seguir adelante. En su vida entra el cándido y tímido contador Leo Bloom (Mathew Broderick en piloto automático) quien sueña secretamente con ser productor y salir con coristas. Casi por error le comenta a Bialystock que podría ganar mucha plata más si hiciera una obra concebida para ser un fracaso. Obviamente él le toma el gusto a la idea y recluta al contador para ser su compañero en la estafa. Los pasos a seguir son disparatados hasta como pueden ser en una historia de Mel Brooks, incluyendo un director coreando junto con su staff "keep it gay" en relación al teatro, una obra de corte puramente neo nazi escrita por un fanático ("Springtime for Hitler") y una sueca secretaria/recepcionista/corista llamada Ulla (Uma Thurman). Claro que las cosas no salen como fue planeado y los productores se ven en serios problemas cuando su obra en vez de ofender al público es recibida como una parodia y termina siendo un éxito. Hasta ahí canciones, parodias a los musicales de los ´40 y ´50 y una muy divertida obra musical que choca un poco con el lenguaje cinematográfico. Esto se debe a un problema de adapación, si es que hubo alguna. La obra es tomada bastante literalmente y la dirección de una tal Susan Stroman es completamente insípida. Se limita a mostrar la obra como si se tratara de una transmisión de algún premio por TV. Su dirección de actores es inexistente. Dada la cantidad de años que Nathan Lane y Mathew Broderick llevan haciendo la obra, evidentemente nada nuevo hay para ver. Salvo el pequeño detalle de que nos encontramos frente a una pantalla de cine y no un escenario con cierta distancia, de ahí que las muecas exageradas de casi todo el cast resulten un poco demasiado para un primer plano. Salvado el problema del salto de lenguajes, la película se deja ver, divierte y casi casi parece que se está viendo la obra directamente. Casi.

Conclusión: Divierte. Y punto.