lunes, junio 20, 2005

La casa de las dagas voladoras (Shi mian mai fu)


En un bosque de la China.....

El año pasado muchos nos sorprendimos gratamente con "Heroe" de Zhang Yimou . Hasta entonces, la filmografía de Zhang Yimou en Occidente había sido distribuida bajo el hilo conductor de dramas intimistas (Judou, Esposas y Concubinas, La Reina de Shangai entre otras). Sorprendía la versatilidad de este joven director chino, a la vez que combinaba lo último en efectos especiales de lucha con un drama histórico. Pero aún faltaba ver La Casa de las Dagas Voladoras.
Leo (Andy Lau), un joven oficial del ejército imperial busca el paradero del jefe de la casa de la Dagas Voladoras que, cual Robin Hood, roba a los ricos para distribuir a los pobres. En una casa de placer da con uno de sus miembros, la ciega Mei (Zhang Ziyi) (que a pesar de ser no vidente danza y lucha como los dioses) y la captura. Luego urde un plan para seguirla, simulando un rescate a manos de uno de sus oficiales Jin (Takeshi Kaneshiro), quien tiene fama de hábil guerrero y conquistador de mujeres: debe sacarla de la prisión y que ella los lleve a la guarida de las Dagas. Una sola cosa: no debe enamorarse de ella.
La película combina acción con drama amoroso en el marco de un ágil relato que se sostiene y anima al espectador más allá del choque cultural. Yimou muestra su evolución como director. Mantiene la trama simbólica y las ideas rectoras de su filmografía con recursos renovados. Sigue con sus laberintos chinos de paredes estrechas y espejos, pero abandona los interiores y se las arregla para lograr el mismo efecto con bosques y hasta con planos largos en exteriores. Los protagonistas siguen encerrados en esos laberintos donde abundan los espejitos chinos de pacotilla que ocultan dramas de tensión angustiante. El personaje de Mei es una de las más lúcidas representaciones de la figura mítica de la zorra, tan cara a las leyendas populares chinas. Por momentos el film adquiere cierta espectacularidad visual que recuerda a los mejores momentos de Ridley Scott. Las coreografías de lucha son soberbias, rescatando lo mejor del espíritu tradicional de los movimientos Wu-Chu con la impronta de Crounching Tiger, Hidden Dragon. Todo eso en un espléndido manejo de escenarios, montados y naturales, que recuerda la parsimonia y estilo de Akira Kurosawa, de quien el mismo Yimou se reconoce "discípulo" .
Un notable film, muy recomendable. Tanto para quienes deseen aproximarse a algunas de las más importantes tradiciones de la mitología y el saber popular de China como para aquellos que deseen seguir la interesante evolución de la obra de magnífico director chino. He dicho.
(colaboración de Butlerian_Jihad)

Conclusión: ...Una gran película me encontré