viernes, agosto 12, 2005

Charlie y la fábrica de chocolate (Charlie and the chocolate factory)




Castigando pecados capitales infantiles

La nueva adaptación del clásico de Roald Dahl nos presenta la historia con tintes de cuento de hadas de Charlie Bucket, un chico más que pobre y más que bueno, a quien se le da la oportunidad junto con otros cuatro chicos (ya no tan buenos) de conocer la mítica y misteriosa fabrica de chocolate del extraño Willy Wonka. Cada chico representa en sí los defectos posibles en un niño. Se encuentran entonces: el goloso sin límites Augustus Gloop, Violet Beauregarde como la pequeña trepadora fruto del exitismo de su madre, el soberbio sabelotodo Mike Teavee, representante de una generación que da por sentado el conocimiento tecnológico, y finalmente la malcriada y consentida en extremo Veruca Salt, una auténtica caricatura de los extremos a los que puede llegar el egoísmo infantil. Todos ellos ingresan en la fábrica codiciando un misterioso premio final, todos menos Charlie por supuesto. Recibidos por un raro personaje quien resulta ser el dueño de la fábrica, recorrerán las instalaciones, donde cada uno sera tentado según la debilidad de su carácter. Un plus son los obreros idénticos, los clonados Oompa Loompas, cuyas coreografías son uno de los puntos más altos de la película.
La historia entretiene a chicos con su despliegue visual y la facilidad de identificación con los personajes infantiles, y a grandes con varios gags surtidos que distraen de la irrealidad un poco exesiva para el adulto promedio.
El Willy Wonka de Jhonny Depp es el mejor representante de la realización del director Tim Burton en éste film. Llama la atención, no se termina de entender y en el mejor de los casos, es correcta.
Burton se encuentra en un momento muy particular para un director. Está tratando de reinventarse a sí mismo luego de haber quemado todos sus cartuchos en "La leyenda del jinete sin cabeza". Buscando un equilibrio entre el cine comercial y su expresión indivudual, "Charlie.." comienza con un estilo típico del director, con más de una referencia a "El joven manos de tijeras", pero se pierde en la puesta visual y los efectos que varian de buenos a directamente malos. Se encuentran al principio las típicas obsesiones del director: las espirales en la puesta en escena, los personajes inadaptados, las perspectivas retorcidas que los representan, las figuras de autoridad conflictivas (y actuadas por algún pope del cine clásico de terror) y la aparición de su mujer en un papel secundario (desde Big Fish se trata de la muy británica Helena Bonham-Carter, dejando de lado a la extraña Lisa Marie), pero avanzando la historia pareciera licuarse y perder identidad. El retoque de color por algunos momentos es demasiado evidente, como en el caso de la tez tétrica de Willy Wonka que parece estar recortado todo el tiempo. Habrá que ver, en futuras películas, si encuentra el equilibrio finalmente o termina convirtiendose en una sombra de sí mismo.
Todo esto no necesariamente descalifica a la película.
Si bien se siente un poco larga, es ideal para niños (y golosos) de cualquier edad, si bien como obra del director es menor.

Conclusión: Empalagosa pero digerible
(quiero un oompa loompa)