miércoles, septiembre 14, 2005

Iluminados por el fuego


Interiorizando el desastre

Nací en Mayo de 1980, no tengo memoria alguna de la Guerra de las Malvinas y crecí en principio con la idea de que en algún momento, mientras era chica, hubo una guerra. En principio la primera idea asociada desde mi niñez es el feriado. Con los años también asocié la idea de muchos chicos jovenes mandados a las islas por un gobierno de facto encabezado en ese momento por un borracho. También hay monumentos a caídos, un himno, problemas diplomáticos y hombres pidiendo una colaboración en el tren.
"Iluminados por el fuego" es un film que finalmente deja dos niveles de lectura separados y en cierta forma contradictorios. Por una parte es una película bélica, que cumple con absolutamente todos los lugares comunes del género, no escatima los golpes bajos y tiene un reparto que saca adelante personajes no muy delineados lo mejor que puede. Por el otro lado es de una excelencia técnica jamás vista en el cine argentino. Más allá de sus falencias de todo tipo "Iluminados.." cumple un cometido muy loable, que se convierte en su punto fuerte, nos transporta a todos, a los que la recuerdan y principalmente a los que no, a lo que fue estar realmente en las Islas Malvinas en aquel momentos. Recrea el espanto de la guerra en el frente con una materialidad pasmosa. Lo que diferencia a ésta película bélica de otra, es que justamente es nuestra, no se trata de soldados entrenados para defender la libertad y el american way of life, sino chicos, chicos comunes muertos de frío, hambre y principalmente miedo. A través de los ojos de Esteban Leguizamón (Gastón Pauls), quien comienza a recordar su tiempo en el frente a partir del intento de suicidio de un compañero, vivimos la experiencia espantosa de una guerra marcada por la estupidez. Nuestra estupidez.
En si, como ya mencioné, esta es una película que como film presenta una factura técnica impecable en oposición a un guión inconexo y desperdiciado, cargado de bajadas de línea innecesarias y golpes bajos más que fuera de lugar, entre los que destacan la espantosa canción de Leon Gieco que se siente como una puñalada por la espalda y una falta de respeto a la audiencia. Pero como experiencia que refleja el error y horror de ésta guerra en particular, es impecable.

Conclusión: A pesar de sus errores, necesaria.