martes, mayo 16, 2006

Eros


En un ejercicio de trabajo comunal se reunieron los directores Michelangelo Antonioni, Steven Soderbergh y Wong Kar Wai para reflexionar sobre el elusivo tema del sexo y el erotismo en el cine. A partír de ahí se dan tres productos bien diferenciados que intentar abordar el tema con mayor éxito en dos de los casos y con resultados más que pobres en uno en particular. Los tres cortos están vinculados por un separador de acuarelas alusivas con un temita recurrente en italiano cantado por Caetano Veloso que invita a la transición entre una obra y la siguiente.



El filo peligroso de las cosas (Il filo pericoloso delle cose)


El sexo y el cuerpo.

Hay una verdad cruel que por cruel no deja de ser verdad: hay que saber retirarse en gloria y muy pocos saben hacerlo a tiempo. El triste caso del célebre director italiano Michelangelo Antonioni quien se animó a filmar con sus buenos noventa y siete años, se desmadra en la pantalla con un relato entre lo misógino y lo patético donde un matrimonio con su relación en decadencia evidenciada por diálogos poco menos que creíbles, busca renovarse. El anónimo marido lo logra finalmente sólo a través de una joven mujer concebida como de "espíritu libre", o bien retratada como una chica capaz de intercambiar sexo después de tres palabras con un extraño.
Filmada con códigos visuales y diálogos dignos de las películas que se pueden encontrar doppo mezzanotte en cualquier canal de cable (llegado cierto momento uno incluso tiende a buscar por reflejo el logotipo en la esquina superior de la imágen porque es lo único que falta), parte de un concepto que podría ser interesante pero no lo logra llevar a buen puerto. Si bien la historia está ambientada en Italia los protagonistas chapurrean el inglés sin mucha convicción, el desarrollo de personajes es inexistente así como la progresión dramática y el ritmo. Finalmente el resultado es pobre y sólo se ve más disminuido, si es posible, por el contraste con las obras siguientes. La intención de agregar un espasmo de trama simbólica solo termina por provocar vergüenza ajena. Es una lástima que uno de los grandes señores del cine italiano tenga que cerrar su carrera con un producto tan poco digno de su nombre.

Conclusión: Sáquenle la cámara al abuelo.



Equilibrium.


El sexo y la mente.

Steven Soderbergh no se encuentra entre mis directores favoritos, sin embargo debo rescatar el excelente trabajo que logra en "Equilibrium". Ambientado en los años cinquenta nos presenta a un neurótico publicista (Robert Downey Jr.) quien revisa un sueño erótico recurrente con su analista. La trama de aparente simpleza, se despliega en una espiral de recursos freudianos con un sorprendente conocimiento de las bases de ciertas problemáticas de origen psicológico. La percepción del espectador es puesta a prueba sin trampas mientras la verdad atrás del sueño es revelada.
La dirección lleva el sello marcado del director de Traffic con su uso de los colores y la iluminación quemada, la espiral del sueño es representada en un ritmo muy creíble y es evidente el gran trabajo de documentación que sostiene a los protagonistas del segmento. El resultado es un producto simple en la superficie y cerebral en su construcción que merece ser visto más de una vez para desentrañarlo.

Conclusión: Hablemos de Freud.



La mano.


El sexo y el sentimiento.

En el Hong Kong de 1963 un aprendíz de sastre es manipulado sexualmente por una clienta para provocar una reacción creadora en él que se refleje en los vestidos que le fabricará. A partír de ahí Wong Kar Wai, el director de "Felices Juntos" y "2046" cuenta una historia de obsesiones y fetichismos con una sensibilidad exquisita. La relación entre la prostituta de alto nivel, la Señora Hua (Gong Li), y el sastre se irá desenvolviendo con un crescendo en la intensidad de su relación no recíproca. Las situaciones simétricas se suceden y destacan los aparentes cambios de poder que son sólamente apariencia: incluso tras su declinación la Señora Hua será todo para el sastre.
La dirección asombra desde su capacidad para el manejo de la corriente erótica tensa y el sentimiento descarnado que fluye entre los personajes principales y alrededor de los secundarios. Los personajes son muy sólidos y las actuaciones más que buenas. "La mano" es una joyita para no ser perdida.

Conclusión: Excelente.