lunes, noviembre 28, 2005

Harry Potter y el Cáliz de Fuego (Harry Potter and the Goblet of Fire)


Cuartas partes nunca fueron buenas.

¿Qué tienen en común la última película de Harry Potter y "Las dos Torres", segunda parte de la trilogía de "El Señor de los Anillos" de Peter Jakson?. Las dos son terriblemente largas, las dos están basadas en libros con demasiada información para adaptar, y las dos incluyen escenas alargadas innecesariamente, escenas inventadas que no aportan nada y situaciones forzadas que no terminan de cerrar el conjunto.
"El Cáliz de Fuego" inicia con un misterioso asesinato y la llegada del trío protagonista, Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger al torneo mundial de Quidditch. Durante las celebraciones del campeonato, aparecen los seguidores de Lord Voldemort y su marca aparece en el cielo. Más tarde, ya en la escuela, se anuncia el torneo de los tres magos donde a pesar de un límite de edad estricto, Harry Potter termina participando. Y a partír de ahí hay dragones, sirenas, laberintos fantasmales, angustias amorosas adolescentes, coscorrones de profesores estrictos y una lucha cara a cara entre enemigos mortales.
La película sufre de varios errores que no la ayudan a llegar a buen puerto. En el intento por adaptar una obra difícil algunas decisiones resultan acertadas, pero la mayoría no logra sacar el producto adelante. La resolución del misterio central de la trama está bien resumido, quitando personajes que no agregan nada a los tiempos cinematográficos y logrando una línea argumental clara de seguir. Por el otro lado los personajes centrales están, en algunas situaciones, delimitados y se vuelven caricaturas de sus reacciones, como las muletillas de Ron (cuántas veces puede decir "bloody hell"?) y los arranques de angustia neurótica de Hermione, más las dos líneas que tienen en toda la película los personajes secundarios como Fleur o Krum, que casi no se entienden qué hacen ahí o por qué tienen tanta importancia en los productos promocionales si casi no hablan. La dirección de Mike Newell, conocido por "Cuatro bodas y un funeral" y la empalagosa "La sonrisa de Mona Lisa", es correcta en el mejor de los casos pero desastrosa en la dirección actoral, sin importar la larga trayectoria de algunos y la poca experiencia de otros, todos parecen estar perdidos. Al final resulta un casting extraño, una seguidilla de momentos de relativa tensión, toques de humor que vuelven todo un poco más llevadero y extrañas decisiones que resultan en pequeñas indigestiones. Yo recomendaría recuperar a Alfonso Cuaron (director de " Y tu mamá también" y "Harry Potter y el prisionero de Azkaban"), que sin ser inglés ni dedicado a comedias romanticas pasatistas logró hacer la versión más equilibrada de las cuatro adaptaciones.

Conclusión: Un buen ejemplo de cuando el "fanservice" sale mal.