viernes, abril 08, 2005

Million Dollar Baby (ídem)


Filosofia del Ring

Hace varios años ya un profesor de guión me dijo que desde la tragedia griega todo está contado, que la verdadera habilidad pasa por la forma en la que se cuenta: el cómo.
No me gusta el boxeo.
No me gustan las películas de deportes, en general son absolutamente predecibles.
Esta no es la excepción.
Sin embargo, a pesar de ello, logra convencer, entretener, incluso conmover profundamente.
Frankie Dunn (Clint Eastwood) es un "cierra heridas" profesional. Guarda el secreto para cerrar, o bien disimular, cualquier tipo de laceración física o emocional. Eddie "Scrup-Iron" Dupris (Morgan Freeman) es un gastado y tuerto ex-boxeador. Es el narrador y filósofo en off de la historia, cuyas reflexiones serán el contrapunto perfecto para las situaciones planteadas en la historia. Ambos conviven en un desmechado gimnasio rodeado de personajes arquetipicos, incluyendo el pesado que se lleva a todos puesto, y el insistente Danger Barch quien todos saben, no tiene la más minima oportunidad. A este mundillo masculino llega Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), mesera desde los trece por necesidad, y aspirante al boxeo femenino por vocación.
Hasta acá nada nuevo.
Maggie se abrirá camino a base de perseverancia poco a poco metiendose en la vida de Frankie y Dunn, y asombrosamente, llegando a ser parte de un trío de personajes memorables, no por su originalidad sino por la sorprendente química lograda a partir del guión y sostenida por una realización fabulosa.
La historia sigue el curso que debe seguir, y el trabajo impecable del trio atravieza las diversas situaciones, con un regustillo nostalgico que parece estar tomando fuerza desde los últimos trabajos de Eastwood como director, llegando a su madurez, creo yo, en ésta obra.
Los ritmos emocionales son manejados de forma excelente, así como el desarrollo de la trama y sus personajes en un producto final lúcido en sus objetivos y en su mensaje final.

En conclusión: Insuperable
(no olvidar las carilinas)